Un reciente análisis de Teleangol reveló que el 70 % de los usuarios comenta noticias sin haberlas leído. Este fenómeno, lejos de ser local, refleja una tendencia global que debilita la comprensión informativa y alimenta la polarización.
La inmediatez con la que se consumen contenidos en redes sociales ha transformado la forma en que las personas acceden a la información. Pero más que informar, parece que muchos buscan reaccionar. Un estudio interno realizado por Teleangol arrojó una cifra preocupante: 7 de cada 10 personas comenta noticias sin haberlas leído completamente.
Esta cifra supera incluso los datos internacionales disponibles. Según un estudio publicado por Nature Human Behaviour, aproximadamente el 70 a 75 % de los enlaces a noticias que se comparten en redes sociales como Facebook o Twitter (hoy X) son difundidos sin que los usuarios hayan accedido al contenido completo. Otro análisis en Reddit reveló que el 73 % de los votos a publicaciones se realiza sin abrir el contenido.
Titulares que moldean la opinión
En el caso local, el análisis de Teleangol no solo mide el comportamiento de lectura, sino también el tipo de interacción que los usuarios tienen con el contenido. El desglose de los datos locales muestra lo siguiente:
Esto significa que, en la mayoría de los casos, las opiniones y debates generados en los espacios digitales no se basan en el contenido completo de la noticia, sino en la interpretación del titular o en prejuicios personales.
Un hábito global, una consecuencia local
El fenómeno no es nuevo. Plataformas como Facebook han intentado contrarrestarlo incluyendo advertencias como "¿Deseas compartir sin leer el artículo?". Sin embargo, los resultados han sido limitados. Las personas tienden a reaccionar más por impulso que por análisis.
Además, investigaciones sobre desinformación han identificado que el contenido con carga ideológica o emocional se comparte más rápido y con menor verificación, especialmente cuando refuerza creencias preexistentes.Las consecuencias: superficialidad y desinformación
El impacto de esta práctica es doble. Por un lado, empobrece el debate público, ya que las opiniones emitidas sin base informativa tienden a ser simplistas o erróneas. Por otro, favorece la difusión de noticias falsas, especialmente en contextos electorales o de crisis.
Cuando se opina sin leer, se privilegia el juicio rápido por sobre el pensamiento crítico. Se pierde contexto, se omite información clave, y se abren las puertas a la desinformación, tanto voluntaria como accidental.¿Cómo revertir esta tendencia?
Expertos en comunicación y educación sugieren tres estrategias principales:
Diseño responsable en redes sociales: implementar mecanismos que fomenten la lectura antes de compartir o comentar, como advertencias o bloqueos temporales.
Alfabetización mediática: incluir en la educación escolar herramientas para entender cómo funciona la información digital, cómo verificar fuentes y cómo interpretar contenidos más allá del titular.
Cultura de la lectura reflexiva: promover una ciudadanía que valore la comprensión antes que la reacción, y el análisis por sobre el prejuicio.
Que un 70 % de los usuarios comente sin leer no es solo una estadística, es una alerta sobre el estado del diálogo en nuestra sociedad. La rapidez informativa no debe ser enemiga de la profundidad. Leer antes de opinar no solo mejora el debate: es un acto mínimo de responsabilidad ciudadana. Y como muestra de esta estadística dejaremos aquí el desafío de que al terminar de leerla y cuando comentes en el fanpage lo hagas agregando el hashtag #YoSíLeíLaNoticia (la idea es que no le digas a nadie). Nosotros tendremos como contrastar lo publicado versus la realidad.