La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha publicado un nuevo informe que revela que más de 137,6 millones de niños y niñas en el mundo están atrapados en el trabajo infantil, cifra que representa un serio retroceso en los avances globales hacia la erradicación de esta grave problemática. De ellos, casi la mitad realizan trabajos peligrosos que ponen en riesgo su salud, seguridad y desarrollo. El informe advierte que, si no se toman medidas urgentes, millones de menores más podrían verse obligados a trabajar, especialmente en contextos de pobreza, crisis humanitarias o falta de acceso a la educación. Chile: lejos de la crisis global, pero con desafíos pendientes En Chile, según datos del Ministerio del Trabajo y el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), se estima que alrededor de 220 mil niños, niñas y adolescentes participan en alguna forma de trabajo, ya sea formal o informal. Aunque la cifra es baja en comparación con otras regiones del mundo, el trabajo infantil persiste especialmente en zonas rurales y sectores informales, como la agricultura familiar, el comercio ambulante y trabajos domésticos no remunerados. El Estado chileno ha implementado planes como la Estrategia Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil y Protección del Adolescente Trabajador, sin embargo, los esfuerzos deben fortalecerse para garantizar que ningún niño tenga que sacrificar su infancia por necesidades económicas. Reflexión para Angol: proteger la infancia es tarea de todos En comunas como Angol, donde muchas familias dependen de labores agrícolas o empleos informales, el riesgo de trabajo infantil, sigue siendo una realidad silenciosa. Nuestra comunidad, las escuelas, el municipio y las familias debemos estar alertas a los signos del trabajo infantil, trabajar en conjunto para fomentar la educación, el acompañamiento social y el acceso a oportunidades.Erradicar el trabajo infantil no es solo una meta internacional, es una responsabilidad local. Que en Angol ningún niño deje los cuadernos, ni cambie los juegos por una jornada de trabajo o que los veamos recolectando botellas o latas, vendiendo parche curitas o lo que sea, no para ellos, sino para llevar sustento a un hogar donde se les obliga a trabajar. La infancia debe ser protegida, respetada y vivida plenamente.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha publicado un nuevo informe que revela que más de 137,6 millones de niños y niñas en el mundo están atrapados en el trabajo infantil, cifra que representa un serio retroceso en los avances globales hacia la erradicación de esta grave problemática. De ellos, casi la mitad realizan trabajos peligrosos que ponen en riesgo su salud, seguridad y desarrollo. El informe advierte que, si no se toman medidas urgentes, millones de menores más podrían verse obligados a trabajar, especialmente en contextos de pobreza, crisis humanitarias o falta de acceso a la educación. Chile: lejos de la crisis global, pero con desafíos pendientes En Chile, según datos del Ministerio del Trabajo y el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), se estima que alrededor de 220 mil niños, niñas y adolescentes participan en alguna forma de trabajo, ya sea formal o informal. Aunque la cifra es baja en comparación con otras regiones del mundo, el trabajo infantil persiste especialmente en zonas rurales y sectores informales, como la agricultura familiar, el comercio ambulante y trabajos domésticos no remunerados. El Estado chileno ha implementado planes como la Estrategia Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil y Protección del Adolescente Trabajador, sin embargo, los esfuerzos deben fortalecerse para garantizar que ningún niño tenga que sacrificar su infancia por necesidades económicas. Reflexión para Angol: proteger la infancia es tarea de todos En comunas como Angol, donde muchas familias dependen de labores agrícolas o empleos informales, el riesgo de trabajo infantil, sigue siendo una realidad silenciosa. Nuestra comunidad, las escuelas, el municipio y las familias debemos estar alertas a los signos del trabajo infantil, trabajar en conjunto para fomentar la educación, el acompañamiento social y el acceso a oportunidades.Erradicar el trabajo infantil no es solo una meta internacional, es una responsabilidad local. Que en Angol ningún niño deje los cuadernos, ni cambie los juegos por una jornada de trabajo o que los veamos recolectando botellas o latas, vendiendo parche curitas o lo que sea, no para ellos, sino para llevar sustento a un hogar donde se les obliga a trabajar. La infancia debe ser protegida, respetada y vivida plenamente.