Angol, 07 de Mayo de 2025. Cada generación ha mirado con recelo a la siguiente, como si el futuro siempre estuviera en manos de una juventud cada vez más incomprensible y extraviada. La frase “en mis tiempos las cosas eran mejores” se repite con una nostalgia que roza un evidente olvido selectivo. Pero, ¿realmente eran mejores las cosas antes, o simplemente eran distintas? Sin ir mas lejos, en el concejo municipal del pasado martes 06 de mayo se escuchó al concejal de Angol Americo Lantaño emitir el siguiente comentario Respecto al consumo de drogas: - Jóvenes (14 a 29 años) : Aproximadamente entre el 45% y el 50% ha consumido alguna droga (legal o ilegal) en el último año. - Adultos (30 años y más) : Consumo general estimado (de al menos una droga en el último año): entre 35% y 40%. Respecto al uso de teléfonos celulares y redes sociales: - La Generación Z (16 a 27 años) pasa en promedio más de 7 horas diarias frente a sus teléfonos. - Los usuarios adultos en Chile pasan en promedio 3 horas y 22 minutos diarios en redes sociales Si analizamos las cifras, podemos ver que hay un sesgo importante en la opinión de este concejal, pero es una situación que se arrastra por décadas y es generacional, donde comúnmente el estigma mayor siempre se lo llevan los mas jóvenes, es cosa de que cada uno de nosotros, quienes nacimos de la decada de los años 80 para atrás, hagamos un poco de memoria. En los años 60 y 70, se decía que la televisión iba a atrofiar las mentes jóvenes, que pasar horas frente a la pantalla era perder el tiempo y que el contacto humano se desvanecería. Décadas después, fueron los videojuegos los que cargaron con la culpa de todos los males: violencia, aislamiento, bajo rendimiento escolar. Hoy, el villano favorito son los celulares y las redes sociales. Según muchos adultos, los jóvenes ya no se comunican, no piensan, no viven “de verdad”. Pero esta cadena de acusaciones no es más que el eco de una resistencia al cambio. La tecnología no nos vuelve peores por sí sola, simplemente transforma la forma en que nos relacionamos, aprendemos y nos entretenemos. Las herramientas cambian, pero los miedos son los mismos: temor a lo desconocido, a perder el control, a quedar fuera de una realidad que ya no comprendemos del todo. Las generaciones adultas que hoy critican a la juventud por estar “pegada al celular” olvidan que ellos también fueron cuestionados por ver demasiada televisión o por pasar tardes enteras en un salón de juegos. Lo que antes era nuevo y desconcertante, hoy es parte del pasado “idealizado”. Aceptar que los tiempos cambian no es rendirse, es entender que la evolución no se detiene. Lo que para algunos parece un retroceso, para otros es una nueva forma de avanzar. Cada generación tiene sus propias herramientas, sus propios lenguajes y sus propios desafíos. El verdadero error no está en lo nuevo, sino en negarse a comprenderlo. Y de una vez por todas dejar de utilizar el concepto la juventud como si fueran los culpables protagonistas de flagelos que son parte de nuestra sociedad completa.
Angol, 07 de Mayo de 2025. Cada generación ha mirado con recelo a la siguiente, como si el futuro siempre estuviera en manos de una juventud cada vez más incomprensible y extraviada. La frase “en mis tiempos las cosas eran mejores” se repite con una nostalgia que roza un evidente olvido selectivo. Pero, ¿realmente eran mejores las cosas antes, o simplemente eran distintas? Sin ir mas lejos, en el concejo municipal del pasado martes 06 de mayo se escuchó al concejal de Angol Americo Lantaño emitir el siguiente comentario Respecto al consumo de drogas: - Jóvenes (14 a 29 años) : Aproximadamente entre el 45% y el 50% ha consumido alguna droga (legal o ilegal) en el último año. - Adultos (30 años y más) : Consumo general estimado (de al menos una droga en el último año): entre 35% y 40%. Respecto al uso de teléfonos celulares y redes sociales: - La Generación Z (16 a 27 años) pasa en promedio más de 7 horas diarias frente a sus teléfonos. - Los usuarios adultos en Chile pasan en promedio 3 horas y 22 minutos diarios en redes sociales Si analizamos las cifras, podemos ver que hay un sesgo importante en la opinión de este concejal, pero es una situación que se arrastra por décadas y es generacional, donde comúnmente el estigma mayor siempre se lo llevan los mas jóvenes, es cosa de que cada uno de nosotros, quienes nacimos de la decada de los años 80 para atrás, hagamos un poco de memoria. En los años 60 y 70, se decía que la televisión iba a atrofiar las mentes jóvenes, que pasar horas frente a la pantalla era perder el tiempo y que el contacto humano se desvanecería. Décadas después, fueron los videojuegos los que cargaron con la culpa de todos los males: violencia, aislamiento, bajo rendimiento escolar. Hoy, el villano favorito son los celulares y las redes sociales. Según muchos adultos, los jóvenes ya no se comunican, no piensan, no viven “de verdad”. Pero esta cadena de acusaciones no es más que el eco de una resistencia al cambio. La tecnología no nos vuelve peores por sí sola, simplemente transforma la forma en que nos relacionamos, aprendemos y nos entretenemos. Las herramientas cambian, pero los miedos son los mismos: temor a lo desconocido, a perder el control, a quedar fuera de una realidad que ya no comprendemos del todo. Las generaciones adultas que hoy critican a la juventud por estar “pegada al celular” olvidan que ellos también fueron cuestionados por ver demasiada televisión o por pasar tardes enteras en un salón de juegos. Lo que antes era nuevo y desconcertante, hoy es parte del pasado “idealizado”. Aceptar que los tiempos cambian no es rendirse, es entender que la evolución no se detiene. Lo que para algunos parece un retroceso, para otros es una nueva forma de avanzar. Cada generación tiene sus propias herramientas, sus propios lenguajes y sus propios desafíos. El verdadero error no está en lo nuevo, sino en negarse a comprenderlo. Y de una vez por todas dejar de utilizar el concepto la juventud como si fueran los culpables protagonistas de flagelos que son parte de nuestra sociedad completa.