el martes pasado a las 16:47
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Nadar contra la corriente, sacar la tarea adelante, convivir con la injusticia… Podría decir tantas frases que resumirían los momentos difíciles que nos toca afrontar en la vida y que son más cotidianos de lo que nosotros mismos nos logramos dar cuenta.
Por años fui reaccionario, revanchista y también vengativo, me “calentaba fácil” ante la más mínima provocación, sobre todo de aquellos que uno entienden lo hacen motivados por su “mala vibra”, por decirlo en suave.
Pero un día me hice la pregunta ¿y qué gano con eso?... La respuesta fue categórica.
NADA… NADA DE NADA…!!!
Menos en un mundo donde existen personas que ostentan exitosamente del denominado “Modo Victima”, talento que saben ocupar de muy buena forma y lo aplican cada vez que sea necesario, arrastrando consigo a los argumentos válidos, las buena razones y poniendo en perspectiva situaciones que realmente te dejan atónito, cuando eres testigo de cómo convencen, o lo que consiguen con esa práctica tan básica.
Mi abuelita un día, cuando tenía como 13 años me dijo “nunca seas injusto, ni permitas la injusticia”, Por años pensé que mi labor era pelear y luchar contra la injusticia, pero me fui dando cuenta que cada vez que luchaba contra ella, los resultados eran muy diferentes a los que yo me imaginaba. Claro… eso porque en algunas ocasiones puedes estar en lo correcto, pero en otras, puedes estar equivocado. No somos dueños de la razón absoluta, en muchos casos nos creemos dueños de esa razón, lo que no significa que la tengamos.
Entonces llega el momento de las reflexiones, de los aprendizajes, de pararte después de tanta caída, y comienzas a tomar decisiones. Fue en una de esas ocasiones, que comencé a darme cuenta que efectivamente “el karma existe”, que por mucho que vengan a venderte el cuento con un argumento para tapar la realidad, que aunque sientas que los injustos son premiados, que quienes predican ser “cristianos en sus acciones” y no lo son. Van a caer… y lo van a hacer, porque existe una fuerza mayor, que algunos le otorgan un nombre. En mi caso, prefiero otorgarle rasgos más prácticos que teóricos.
No te desgastes, no derroches energía, sobre todo cuando sientas que hay injusticia, por que en algún momento el universo se alineará y ordenara las cosas, pero no te equivoques, porque también podemos ser presa de aquello, esto corre para todos, nadie está libre.
Aterrizando en todo lo antes escrito, me invita a la conclusión…
Dar sentido a los difíciles momentos que la vida te pone en perspectiva, te permite pavimentar un camino más sólido, con los buenos materiales que te brinda el aprendizaje “de lo vivido”, los que sin duda te llevaran a un destino mucho mejor del que te espera motivado por el revanchismo y la venganza. Deja que las cosas pasen, que fluyan y verás como el sabio tiempo corrige de alguna manera lo que nosotros denominamos injusticias.
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